guía para ingenieros espirituales

Pasado, presente, futuro. Aquellos años.

Mira, viendo fotos lo he recordado.

No está tan lejos, fue un curso, el curso en que cambió todo. Tu, yo, ellos, todos cambiamos, quién sabe si para bien o para mal, quién sabe si en realidad cambiamos o si seguimos siendo el mismo ser y tan sólo ha pasado un año.

Unos se fueron, otros vinieron, viejos amigos se reunían con nosotros y todos disfrutábamos el día a día. ¡Qué bonito todo! Ibas por la calle y saludabas a gente que antes nisiquiera se inmutaba al pasar por su lado y ahora, ahora te recibía con los brazos abiertos.

Y qué historias, cuantas anécdotas para recordar cuando seamos viejos, cuantos momentos inolvidables, cuantas historias que al contarlas no evitaremos emocionarnos o nos ruborizaremos.

Qué fácil era todo entonces, sin obligaciones, sin preocupaciones, tan sólo vivir y pasar las horas junto a tus inseparables compañeros. No hacía falta hacer algo con sentido, sentarse todos en un rincón y hablar y disfrutar de la conversación ya era todo un lujo que muchos nisiquiera podían degustar y nosotros estábamos orgullosos de ello.

Y tu y yo lo pasábamos bien juntos, nos reíamos, nos mirábamos y ya nos quedábamos satisfechos, tu mirada me encantaba y tu lo sabías, tu me mirabas para hipnotizarme y tenerme junto a tí. ¿Y no es más cierto que todo eso era cierto? ¿Que todo era maravilloso? ¿Acaso no eras feliz?
Dime entonces, dime porqué si te quería y tu lo sabías, esperaste a que lo dijera y que eso terminara con nosotros y toda esa vida se fuera a la mierda, que nuestra existencia a partir de ese momento fuera tormentosa y triste, que los buenos momentos se tornaran en malos momentos, en que la angustia sustituyera a la felicidad y que la amargura derrotara la dulzura de las horas junto a tí.

Está claro, algo urdías, no entiendo aún hoy qué pretendías demostrar, o tal vez sí. Tal vez querías mostrarme que no eras como yo creía, y que tu interés era otro, que me utilizabas para tu beneficio y que a la hora de la verdad, tan sólo fuera un pasatiempo para tí. Pero luego quisiste desmentirlo, pasamos horas y horas charlando de eso y de todo, de porqué ya nada era como antes y de porqué no podíamos volver a ser lo que éramos.

Dime también, porqué tras esas charlas, en las que intentamos volver a ser por lo menos amigos, todos nuestros encuentros fueron una confrontación de egos y nadie cedía terreno al otro, porqué no nos atrevíamos a pasar del hola y el adiós, porqué nos buscábamos todas las noches y cuando por fin dábamos con el otro, no mediábamos palabra alguna.

Explícame porqué tras rechazar un simple porro porque estaba enfermo, me giraste la cara, te fueras con un posado de prepotencia horrible, con el orgullo arriba, muy arriba pero herido, y explícame porqué a partir de ese momento, todos los encuentros, especialmente en las fiestas, en las que nos cruzamos, chocamos, en las que incluso el primer día tuvimos que trabajar juntos, no pronunciamos ninguna palabra. Explícame porque tras eso, me odiaste, me miraste de nuevo infinitas veces, y en esa mirada no había esa mirada de antaño, y en su lugar expresabas rabia, odio, cabreo.

Dímelo.

Pero sobretodo, explícame porqué tras la charla más importante con la persona que más quiero ahora y con la que he disfrutado tanto y he vuelto a ver la luz y vuelvo a ser feliz como antes fuimos tu y yo, explícame porqué apareciste entonces.

Porqué nada más terminar de hablar con ella, tú apareciste. Quiero que me lo digas, que me expliques porqué nada más terminada esa charla tan sólo tardaste en volver a aparecer ante mí el tiempo que tardé en bajar las escaleras y me volviste a mirar, y me miraste más de un segundo, y tus ojos volvieron a reflejar ese brillo que tan sólo tenías cuando éramos felices y que ahora permanece en el recuerdo.

Y aunque no tengas explicación para esto, quiero saber porqué un día antes de que ocurriera esto, soñara que nos cruzábamos, que nos mirábamos y que todo volvía a ser como antes.

posted by aguantísimo at 20:56