guía para ingenieros espirituales

domingo, febrero 20, 2005

Sencillo

A veces me doy cuenta que soy muy sencillo, que soy tan simple, que de verdad, aún no entiendo cómo nadie se ha dado cuenta.

A veces tan excéntrico y tan indescriptible que nadie sabe cómo entrarme, y a veces tan fácil, que parece estúpido lo que haces.

Es lo que tiene ser, no sé, algo. Imagino.

La imaginación es probabilidad, es preguntarse ¿qué hubiera pasado si...?

No lo sé. Pero el cruce de ayer, sinceramente, lo he enfocado desde tantos ángulos y tantas opciones he barajado, que no sé cómo coger el toro por los cuernos. Me veo desfasado. Me veo como antaño, tímido, apocado, introvertido. Y en sus aledaños miedo escénico. Puto miedo escénico. Puto miedo al ridículo. En serio, no me lo creo.

Jo ¿porqué nos miramos de ese modo? Me dejaste descolocado. Parezco un puto barco a la deriva siempre que hablo de tí. No sé si es para tanto, aunque descolocado siempre lo he estado. No comprendo la mitad de cosas que pasan entre nosotros. Así que no consigo sacar nada claro de aquella mirada.

Lo que da de sí una puta mirada, pero es que duró lo suyo. Y me afectó. Putos ojos, que bonitos son.